viernes, 22 de mayo de 2009

Muerte

La tarde sigilosa
se ha metido entre mis piernas
mientras te oigo decir
que la muerte viene
sin sentirla.

Los minutos densos
del sol de septiembre
me rasgan la carne
para desollarme viva.

No hables de muerte
si no conoces la tortura...

Precipitada en las sombras
quedo en silencio
poco a poco...
lenta, descarnadamente.

Y tú hablas de la muerte
mientras torturas.

A mí, los pedazos de muerte
me han cortado los ojos,
se enterraron en mi piel
cortándome las venas.

La muerte perfecta,
la sabia,
densa,
lenta tortura de tus caricias.

Y tú hablas de la muerte
mientras torturas.

lunes, 23 de marzo de 2009

5 de febrero, 2007

“Aunque vengas mañana, en tu ausencia de hoy perdí algún reino”

Carlos Pellicer

Casi 20 años


Amigo mío.

Amistad de veinte años…

Casi olvidada, siempre recordada.

Viviendo y muriendo en la noche del recuerdo.

Hace casi veinte años hablábamos del destiempo.

Hace casi veinte años te sentenciaste al exilio.

Hace veinte años casi nos amamos.

Casi nos entregamos… casi nos abandonamos…

Casi nos perdemos… casi nos perdonamos…

Casi, casi…

Y, sin pensarlo, sin saberlo,

te entregaste completo:

Dejaste semilla y huella,

que el tiempo creció para hacerlas vida.

Me diste vida con tu vida,

me regalaste tu esencia, completa,

y, con ella, más allá de mi cuerpo,

me hiciste mujer.

¡Gracias, hombre!

¡Amigo!

Padre, hermano, amante…

Pasión y orgullo.

Intensidad y ternura.

Misterio y talento.

No sé cuándo te fuiste, y prometiste volver.

No sé cómo regresaste, sin promesas, ni futuro.

Pero tu regreso volvió a fecundarme.

Tu regreso se integró a los recuerdos, a las añoranzas, al perdón.

Y te diste completamente, en tu ausencia te diste.

Y los besos, las risas, los recuerdos, las palabras

se atoraron en el tiempo,

flotaron en un capullo de esperanzas.

Bienvenido seas, amigo de hace veinte años…

Aquí me encuentro,

más nueva que nunca, más mujer, más amiga.

Venciendo al destiempo, reconciliada con la vida.

Te ofrezco mis manos, mis oídos,

mi tiempo y mi espacio.

Mi vientre lo tuviste:

Contigo fue fuente sagrada.

Hoy somos tiempo.

Hoy somos viento.

Pasión, virtud, pecado, sabiduría,

dolor, alegría, temor y entrega.

Hoy somos otra vez amigos.