lunes, 25 de abril de 2011

Mientras tú sucedes.

No te me mueras, amigo de promesas vanas,
miradas caducas y alegrías vencidas.
No te me mueras, infectado de sadismo,
en solamente dos lunadas.
Todavía tengo a mano la inútil esperanza,
de encontrarte un buen día, entre tu mascarada;
solamente por aquel brindis en el que antaño
planeamos el futuro, y muchas finas danzas.
O muérete de una vez, sin aviso, ni preestreno,
para poder echar tiempo a la hora de tu entierro;
para poder echar olvido, a la hora que decida,
a esta historia burda, sin debut, ni despedida.
Te hablo a ti, dueño de ojos indolentes,
con la absurda intención de ignorarme…
como si los negocios y el cansancio
fueran mejor pretexto que el vacío.
Pero yo soy de donde los niños
llevan el invierno, en los ojos, estampado.
No me quitas lo que nunca me diste,
aunque tú mismo te lo hayas inventado.
Estoy en donde toma vuelo el viento,
para soplar, de nuevo, esperanzado;
y en donde las aves se reinventan
desde la sospecha de su canto.
Habito un universo paralelo, de puntos suspensivos,
al que entré después de mi inútil confesión…
Ya no espero de tu mente, instintos compasivos,
ninguna impulsiva o inocente rendición.
Me puse, sin remordimiento, tus botas de nube
y atravieso el abismo al que crees condenarme,
camino descalza tu silencio en brasas,
mientras tú sucedes, lleno de nada.

domingo, 17 de abril de 2011

Su olor en mi memoria

Su olor quedó impregnado en mi memoria,
cual furioso viento, en árboles de invierno
como se queda la sal en el mar eterno,
como se quedó en mi niñez la navidad.
A cada inhalación vital yo lo respiro,
entra en mi pecho, sigiloso e invisible,
se mete inquietante en mis silencios,
fiel secuestrador de mis sentidos.
Sin razón alguna, sin aviso, ni permiso,
por sorpresa, se fue de noche, un mal día,
su piel canela la dejó en el cobertizo,
y me dejó su dulce olor por compañía.
Él ya sabía que la muerte lo acechaba,
desde hace meses oteaba en lontananza,
errada pensaba para siempre su aventura
de explorar sin rumbo inquieto y sin un mapa.
Él decía que en la vida no hay caminos,
y que sólo se conocen los principios,
sus abrazos convertidos en buen vino,
los dejó sin testamento, ni designios.
Mientras pudo me regaló su melodía,
me entregó fervor, especias, su alegría,
sólo cuando supo que la parca lo vencía
se esfumó, sigiloso, de mis brazos ese día.
Pasear por la memoria sus aromas y sabores
rompe lo feroz y cruel de la mortaja,
y regala a su cuerpo febriles los honores
que permite el dolor de la nostalgia.
Los besos de miel y de pimienta que nos dimos,
penden de paredes en mi casa, cual racimos,
entablan con el silencio discusión apasionada,
si recuerdo su olor a naranjas y cominos.
Su olor se atoró en mi memoria,
aunque partió sin aviso, ni advertencias,
así vive rodeándome con su alma,
y yo bendecida con sus ojos y sus ansias.

sábado, 9 de abril de 2011

Guerrillero

¿Qué quieres, guerrillero, que yo haga con tus luchas?
Provocas y me invitas a conquistar tus felonías.
Te dices guerrillero de espíritu indomable,
fiel a tus empeños de libertad y de aventura.
Salvaje y agreste es la tierra de tu mente,
pero quieres que esta bruja te envuelva en un conjuro,
que te salve de ti mismo,
que te ate ya a mis muslos.
Me dices tentadora y eres tú el instigador,
de mi vientre y mis deseos,
de mi mente y mis anhelos.
La libertad no cuestiona, amar es libertad.
Y me pides que escale tu cumbre borrascosa,
y me adviertes que tu alma oscila con el viento,
no me pidas que rasguñe, con mis uñas, tu deseo,
recuerda que soy mortero, soy volcán y tu fogata.
Juegas con el fuego y en el fuego de mi alma,
animal herido, pantera de mis sueños,
aprende de una vez que no quiero enjaularte:
Yo también soy aventura, espíritu indomable.
Quieres ser vencido de forma intermitente,
acepto la dulzura de este duelo tan demente,
Sólo pido que te entregues fiel y por completo,
que me des tus afectos, tus deseos, tus lamentos.
Sé desde un principio que serás mi perdición,
que tu llegada y tu partida no será mi decisión,
pero no entiendo la vida sin amar, sin admirarte,
sin estos momentos de perfecta inspiración.
Aunque partas luego y leves ya tus anclas,
quiero la certeza de tu entrega y mi confianza.
Cuando estés y mientras dure seré tu hechicera,
y tú mi ángel de siempre, de hoy y de nunca.
Pero a cambio te pido también tu admiración,
tu respeto y tu alegría, tu veneración.
¿Será capaz tu alma del esfuerzo y la renuncia?
¿O quizá el miedo, sin saberlo te paraliza?
Quizá al guerrillero le atemoriza la contienda,
el riesgo de ser vencido, ciego y sin medida,
Y prefiere levar anclas, hacia el horizonte,
antes de romper una promesa ya perdida.
Pero, la dulzura de esta guerra nos lleva a un empate:
Si te entregas no estarás ni en contienda, ni en combate.
Seguirás siendo marino, buscando horizontes,
Y yo, el puerto de destino, una isla flotante.

Tierra

Hoy, tierra querida, temo por ti.
Temo por tu gente y tus paisajes,
por tus niños de bronce, sin futuro,
por todas las promesas sin cumplir.
Hoy tierra querida,
me duele tu eterna carencia trágica,
tu entraña hemorrágica,
el constante abandono y el frenesí.
Hace milenios que oscilas
entre el drama y la alegría,
caminas en círculos, y te fustigas
te enorgulleces, pero te humillas.
Hoy duele tu mirada fatídica,
tu extraña ironía infinita,
la violencia a cuatro tiempos,
y tu enorme futuro incierto.
Tierra querida, tu historia de honores
se quedó en el pasado y en el futuro.
Tus hijos ven tu grandeza, pero no la ven,
te idolatran, te veneran, te menosprecian.
Hoy, temo la tiranía de tus gobiernos,
temo la inseguridad de tu existencia,
los miles de muertos en las casas,
en los cuatro puntos cardinales.
También, de manera alocada,
amo el caos que tu vida entraña,
la estridencia de tus silencios,
tus canciones, tus leyendas y tus milenios.
Amo la esperanza de tus horizontes,
tus mares, tu fuerza y tus viejos,
la pasión de tus diez dimensiones,
tus tercas mujeres y tus necios hombres,
que a pesar de la oscuridad,
dirigen la resistencia,
que a pesar de los sueños rotos,
insisten en soñar.
No te rompas, tierra querida, espera un poco más,
que tarde o temprano, sacaremos el penacho,
esperemos que sea temprano,
cuando el orgullo y la urgencia nos levante,
cuando las olas de tus playas límpiense del rojo,
cuando los niños, sin culpa, levanten la mirada,
cuando la inspiración y valentía llegue a tus hijos
en el más recóndito camino de tu territorio.

COMETA

Dices que huí de tus brazos, evasiva.
Dices que en tu vida fui efímera;
la estrella fugaz y soñadora
de tu mundo alternativo, y paralelo.
Pero, viajero hermoso, hechicero,
tú me empujaste sin pensarlo, ni quererlo
al abismo del olvido y del silencio,
a un camino más allá de tus incendios.
Yo hubiera querido ser tu diosa,
entregarme a tus ojos de miel y cielo,
y en las noches de vino y de debate,
regalarte cada uno de mis sueños.
Convertirte en el ángel de mis noches,
caminar de tu mano y de tu mente,
disfrutar de tu sangre en el deleite,
mientras me cuentas mil y una historias.
Sólo supe huir, sin un reproche,
de tu alma furtiva como el viento,
antes de que fueras tú el cometa
que incendiara, sin futuro, mi derroche.
Sin promesas, ni esperanzas de tu boca
sólo supe renunciar al dulce néctar,
de tus labios jugosos de narciso,
y a tus brazos que regalan ambrosía.
Sólo supe elevar de nuevo las barreras,
inventar un universo lejos de tu alcance,
esconder esta querencia sin alianzas,
y lanzarme al camino sin tus alas.

MI GOZO

Voy de camino a casa,
hago recuento de los dones,
revivo placeres, carcajadas,
y conversaciones atropelladas.
Tus manos quedan
en mi piel latente.
Y me llevo en la memoria
tu olor inquietante.
Tu mirada juguetona,
alegre me la robo,
la escondo en el cajón
preferido de mi alma.
Dices que soy toda movimiento,
y que para encontrarme,
sin tregua navegaste
el océano del tiempo.
Navega de nuevo, amigo eterno,
que es tuyo el movimiento.
Encuéntrame otra vez,
que eres un regalo en mi vida.
Eres piedra preciosa y flores,
aventura, alegría y sabores.
Un vino tinto especiado,
un tanto cálido y sofisticado.
Eres libertad y a la vez entrega.
mi pasado inocente,
mi soleado presente,
mi futuro espumoso.
!Eres mi amigo, y eres mi gozo!