sábado, 21 de agosto de 2010

Vértigo.

Huyo de ti por instinto…
Instinto de supervivencia
y de conservación

No puedo verte.
No quiero verte.
No debo verte.
Temo verte.

Y a pesar de eso, el vértigo me absorbe.
Como cuando en los sueños uno se lanza al vacío.

4 de julio 03

Vengo de tierra de ciegos.

Yo soy de donde la obsesión termina
En la frontera de la lluvia ácida
Y las arenas movedizas

Vengo de tierra de esclavos
marcados con guadaña
de hierro candente,
de esa tierra maquiavélica
de ciegos y tuertos

Yo soy de donde rompieron los espejos
Al norte de la ausencia
Al oeste del dolor

Mi camino lo he hecho descalza
durante cuarenta lunas amargas
por cuarenta soles candentes
en una tierra sin destino
con el rumbo entre las cejas.

Yo soy de donde la obsesión inicia.
Nací una noche de soles,
vengo de tierra de ciegos,
busco el mar de la luz,
el bulevar de lo sueños
y el espejo verdad.

Yo soy de donde la obsesión revienta
como pájaro glotón.
Me muero cada noche
envuelta en insomnios de luna,
y enterrada en el silencio.

Regreso a la vida cada tercer día
e inicio nuevamente el camino sin retorno...

Si

Si en sus ojos me hubiera yo perdido,
si me hubiera quedado con su boca,
si hubiera yo robado su martirio,
si me hubiera embriagado con su sangre.

Si mis huesos se fundieran con su casa,
si yo cegara, engañando, al destino,
si mil pedazos de destiempos se reunieran
y formaran la promesa de un abrazo.

Si su mente yo hubiera secuestrado
escondida en mi vereda hacia la muerte,
si solamente hubiera yo podido
atrapar en telaraña a su alma.

Si pudiera integrarme a la ternura
que se funde en el viento hacia el norte.
Si pudiera observar eternamente
esas manos de arcilla y adobe.

Si sus ojos me hubiera yo comido,
con los besos del cuerpo y su memoria,
si rasgara al tiempo y al espacio
y me adueñara repetida de su cuerpo.

Si pudiera ser amante de la nieve,
si pudiera caminar por el gran túnel.
Si pudiera olvidar a la memoria,
si pudiera eternizar esa mañana.

Si hubiera yo sabido del destino,
si hubiera yo sabido del olvido,
si hubiera yo sabido del dolor.

Placentero martirio

Viajé
más allá de los sentidos
hasta violar las fronteras
del placer y el dolor,
sobreviví a la sed
y a la hambruna,
como miserable adicta,
esclava de la pasión.
Me zambullí
en el placentero martirio,
de adorarte.
Hoy perdí mi cuerpo.

4 de julio, 03

Con Licencia Para Matar

Que el diablo me perdone
esta devoción temprana,
que ni el aguarrás de ayer
te sacó de mis silencios.

Te extraño con alevosía y ventaja,
y recuerdo tu necesidad de callar,
como si llevara años contigo,
como si no te hubiera conocido
hace tan sólo una semana,
apenas una eternidad.

Llegaste firmando mi vida
en una ráfaga de luz y tiempo.
Pero, no te irás por donde viniste,
estarás condenado a la felicidad.

Mientras tanto,
te extraño sin red de seguridad...

Necesito repetirme y repetirte:
Aunque sea infantil,
"escribiremos sobre lo que nos pasa..."
Que nadie quede exento
de la impresión de tu arte,
que nadie quede exento
del golpe certero de tu existencia.

Ni mis distancias,
ni tus creaciones
entretienen mis sentidos.
Están intoxicados,
con miradas en salmuera,
y sólo soy capaz de recostarme
a esperar la resaca...
¡pero no la dejaré llegar!,
mantendré la borrachera de por vida.

Mientras tanto,
te extraño sin recato…
te extraño sin red de seguridad...

Busco la mordaza
que acalle a mi bestia,
no puedo devorarte,
sin que me duela.

Sobre un parpadeo
llegaste firmando mi vida,
y se me agolpan
nuestros recuerdos
del mañana:
el libro que escribiremos,
las cortinas que odiarás,
el cajón de los trebejos,
el cruce de miradas en casa de la tía;
el baile de graduación de tu prima Felicia,
los juegos de palabras, el maratón, los masajes;
ese viaje a Isla Mujeres,
los cientos de noches desveladas,
las bromas,
los llantos,
el papel,
los silencios.

Mientras tanto,
te extraño sin recato…
te extraño sin red de seguridad...
te extraño con licencia para matar.

18/06/2003

Poemas de 1989 a 1995

Fecunda

Estoy temblando.
Pero no son mis manos,
ni mi rostro,
ni mi voz;
estoy temblando,
sin frío, ni calor,
ni tiempo...
Estoy temblando,
realmente tiemblo...
Pero no es mi cuerpo
el que sonríe,
es mi esencia.


Junio 1989
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Madre Muerte

Madre muerte
que estás en penumbra,
acatado y temido
sea tu nombre.

Vénganos tu reino…
… inevitablemente
a los caprichos de tu voluntad,
aquí en la tierra.

Danos mañana… muy mañana
tu pan.
Perdona nuestro miedo,
como nosotros perdonamos
tu sarcasmo constante.

No nos dejes caer
demasiado rápido,
y líbranos del dolor.
Amén.

22 de septiembre, 1994

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Regrésame

Regrésame mis perversiones,

regrésame mis miedos,
mis sueños, mis estrategias,
mi dolor, mi risa…

Regrésame las tardes
de lluvia por la Condesa
y las demasiadas llamadas
de ansiedad…

Regrésame las miradas,
regaladas a tu boca y a tu espalda;
regrésame mis huellas digitales,
mi carne, mis venas, mi sangre.

Regrésame mis pulmones, y su aliento.
¡Y regrésame mis ojos!

Te lo regalé todo en una ráfaga
de inconciencia,
y estoy a punto de desintegrarte
en un abrazo...
de desintegrarme.

Me resbalé en el pretil de la puerta,
y rompí unos cuantos cristales,
unos cuantos escalones,
y mi rostro…

Lo siento,
me equivoqué,
perdona la confusión…
era número equivocado,
no era en este momento,
se me pasó la mano.