miércoles, 2 de noviembre de 2011

Satélite

(3 de mayo, 2004)
En una galaxia cercana
soy luna,
atraída hacia tu órbita solar
lenta e inexorablemente.
Gravito envuelta en nube,
en la fantasía de tus manos vapores,
y tras la promesa de tu oxígeno.
Me envuelves
en el limbo de tu mirada,
de tus anillos de saturno,
y de tu voz.
Después te esfumas,
y sin aviso alguno regresas,
estrella fugaz.
Imagino la hecatombe,
el armagedon interior
entre nosotros dos,
cuando no pueda ya resistir tu gravedad
y me rinda al colapso vital
de mil estrellas.
Entonces la galaxia vivirá su orgasmo eterno,
y el marasmo espiritual se alejará de pronto.
Entonces los lagos de luna inundarán
el horizonte,
y me convertiré en la reina del silencio.

2da parte – (28 de mayo)
Colapso estelar.
Hecatombe.
Sol y luna
en silenciosa ,
oscura,
cadenciosa,
misteriosa
danza sagrada.
Somos la oscuridad del día,
la luz que guía a la noche,
el agua del desierto,
y una vereda sin explorar.
Somos los amantes
de los tiempos,
sin principio ni final.
Somos sol y luna
en colapso estelar.

domingo, 31 de julio de 2011

Ya llegará

Ya llegará el día bendito en que salgas de ti mismo;
cuando salgas de tu cueva de penas y nostalgias,
cuando te encuentres con tu sombra,
y sepas que me llamo intensidad.
Me bajo del tío vivo;
acepto mi derrota, casi sin pedir revancha.
Mis heridas, las lavo con la lluvia de julio,
como siempre, y hasta ayer.
Dejaré a tus ojos de avellana
repetirse en mis sentidos una y otra vez.
Me pondré las lentes del tiempo,
que te darán justa medida.
Que tu voz se escabulla en mis sueños
hasta llegar al sin sentido.
Repetiré en la memoria tus besos al infinito,
y llevaré a la duodécima potencia
tu mirada de Don juan.
A fuerza de repetirte perderás consistencia...
Te volverás el fantasma, en el que quieres convertirme,
la sombra de una ilusión absurda,
el eco efímero de un olvido...
Ya llegará el día, cuando abandones tus dolencias,
tus miles de pendientes, el cansancio y el desdén.
Ya llegará el momento en que busques en mi espacio,
y descubras, simplemente, que me fui.

domingo, 17 de julio de 2011

Me gustan los viejos

Me gusta el rostro de los viejos,
de carne viva, pegada a los años,
rostros pálidos, de surcos y de cuevas,
de ojos húmedos y labios resecos.
Andan hacia un horizonte incierto
con altivez, fervor y desapego;
aquel destino es tanto inquieto
para el joven bello,
como para el viejo yermo;
mas, el viejo sabio lo tiene claro,
por eso, ciego, se entrega al sendero,
con mucha valentía y a fuego lento.
Me gusta el cuerpo de los viejos,
con huesos orgullosos de experiencia
y manos manchadas en la historia
de familias, razones y querencias.
Me gusta su mirada adolorida
de insondables y numerosas vidas
reviven sus historias preferidas
cada vez que los provocan las heridas.
Tornan su fragilidad en poderío
y se ríen de los días y su fuerza;
pues la vida, al final, siempre regala
un homenaje en amores y recuerdos.
Me gusta que los viejos se apoltronen
a esperar con paciencia la guadaña;
no temen a la risa de la parca,
saben que esta vida está prestada.
Sólo la nostalgia los quebranta,
de haber dejado cien historias a su espalda;
cuentos de aventuras, ideales y dolores
pasiones que se cuelgan en la estampa.
Me gusta la risa de los viejos,
lenta y embriagada de bonanzas;
regalada a los sueños de varones
y a los vuelcos en los vientres de las damas.
Me gusta la mirada de los viejos,
habituada a llegarte hasta la entraña,
me gusta que no sepan ya las horas
que les quedan de sabores y festejos.
Me gusta caminar junto a los viejos,
aprender de ellos la esperanza,
entregar con ellos la paciencia
a una vida que se va con la añoranza.

domingo, 3 de julio de 2011

Malinche

Hermoso navegante de lengua cadenciosa,
traes, con tus ancestros, los sonidos de mi infancia.
Desde aquella tierra madre, de buques y de esclavos,
vienes explorando nuevas tierras y desvelos.
El viento marítimo te trajo hasta mis brazos,
baila conmigo un fado lleno de nostalgia,
quiero compartir contigo la melancolía…
el amor, los dolores y los fuegos…
Quiero que vengas conmigo, al final de esta mirada.
Ven a mi silencio escondido en las palabras;
ven a la barbarie de nuestro futuro inmaculado,
enciende la esperanza que ya envuelve a la mañana.
Quiero que me veas, como eres capaz de verme,
más allá de mis razones, más allá de este tiempo.
Encuéntrame escondida en mis ruidos y sonrisas,
y quédate aquí dentro, con tu alma y tus afectos.
Quizá te deje inundarme, con tus ojos y promesas,
esos ojos de avellana, suave e incendiaria;
esos labios expuestos como arte en galería
y esas manos escondidas en mi pelo, sin premisa.
La verdad me es esquiva, y ya no importa si se esfuma,
porque rozas, con tu vuelo, la tierra de mis anhelos,
porque antes de ti hubiera jugueteado, sin sentido,
a mariposas en flor, a aves y coqueteos.
Pero, también mi vuelo roza tus deseos,
pasea, sin rumbo, por tu voz llena de acento;
ese acento cálido, como tu boca y pensamientos
de hombre de otros mundos y de otro tiempo.
Antes de ti yo hubiera caminado mil afectos,
ciega, cometido mil errores, sin remedio,
envuelta en la oscuridad de mil ansias y destellos,
hubiera malgastado las pasiones y los miedos.
Pero hoy, imaginar mía tu piel mediterránea,
y querer bañarme en el mar que la acompaña
es instinto, es impulso y completo regocijo,
que regalo al tiempo, a la suerte y a mortaja.
Hoy, festejo tu osadía de alejarte de tu tierra,
internarte en la aventura, alcanzar las lejanías.
Te doy la bienvenida a mi casa y mis pasiones,
y me hundo en tu mirada, sin red de seguridad.

3 de julio, 2011

lunes, 25 de abril de 2011

Mientras tú sucedes.

No te me mueras, amigo de promesas vanas,
miradas caducas y alegrías vencidas.
No te me mueras, infectado de sadismo,
en solamente dos lunadas.
Todavía tengo a mano la inútil esperanza,
de encontrarte un buen día, entre tu mascarada;
solamente por aquel brindis en el que antaño
planeamos el futuro, y muchas finas danzas.
O muérete de una vez, sin aviso, ni preestreno,
para poder echar tiempo a la hora de tu entierro;
para poder echar olvido, a la hora que decida,
a esta historia burda, sin debut, ni despedida.
Te hablo a ti, dueño de ojos indolentes,
con la absurda intención de ignorarme…
como si los negocios y el cansancio
fueran mejor pretexto que el vacío.
Pero yo soy de donde los niños
llevan el invierno, en los ojos, estampado.
No me quitas lo que nunca me diste,
aunque tú mismo te lo hayas inventado.
Estoy en donde toma vuelo el viento,
para soplar, de nuevo, esperanzado;
y en donde las aves se reinventan
desde la sospecha de su canto.
Habito un universo paralelo, de puntos suspensivos,
al que entré después de mi inútil confesión…
Ya no espero de tu mente, instintos compasivos,
ninguna impulsiva o inocente rendición.
Me puse, sin remordimiento, tus botas de nube
y atravieso el abismo al que crees condenarme,
camino descalza tu silencio en brasas,
mientras tú sucedes, lleno de nada.

domingo, 17 de abril de 2011

Su olor en mi memoria

Su olor quedó impregnado en mi memoria,
cual furioso viento, en árboles de invierno
como se queda la sal en el mar eterno,
como se quedó en mi niñez la navidad.
A cada inhalación vital yo lo respiro,
entra en mi pecho, sigiloso e invisible,
se mete inquietante en mis silencios,
fiel secuestrador de mis sentidos.
Sin razón alguna, sin aviso, ni permiso,
por sorpresa, se fue de noche, un mal día,
su piel canela la dejó en el cobertizo,
y me dejó su dulce olor por compañía.
Él ya sabía que la muerte lo acechaba,
desde hace meses oteaba en lontananza,
errada pensaba para siempre su aventura
de explorar sin rumbo inquieto y sin un mapa.
Él decía que en la vida no hay caminos,
y que sólo se conocen los principios,
sus abrazos convertidos en buen vino,
los dejó sin testamento, ni designios.
Mientras pudo me regaló su melodía,
me entregó fervor, especias, su alegría,
sólo cuando supo que la parca lo vencía
se esfumó, sigiloso, de mis brazos ese día.
Pasear por la memoria sus aromas y sabores
rompe lo feroz y cruel de la mortaja,
y regala a su cuerpo febriles los honores
que permite el dolor de la nostalgia.
Los besos de miel y de pimienta que nos dimos,
penden de paredes en mi casa, cual racimos,
entablan con el silencio discusión apasionada,
si recuerdo su olor a naranjas y cominos.
Su olor se atoró en mi memoria,
aunque partió sin aviso, ni advertencias,
así vive rodeándome con su alma,
y yo bendecida con sus ojos y sus ansias.

sábado, 9 de abril de 2011

Guerrillero

¿Qué quieres, guerrillero, que yo haga con tus luchas?
Provocas y me invitas a conquistar tus felonías.
Te dices guerrillero de espíritu indomable,
fiel a tus empeños de libertad y de aventura.
Salvaje y agreste es la tierra de tu mente,
pero quieres que esta bruja te envuelva en un conjuro,
que te salve de ti mismo,
que te ate ya a mis muslos.
Me dices tentadora y eres tú el instigador,
de mi vientre y mis deseos,
de mi mente y mis anhelos.
La libertad no cuestiona, amar es libertad.
Y me pides que escale tu cumbre borrascosa,
y me adviertes que tu alma oscila con el viento,
no me pidas que rasguñe, con mis uñas, tu deseo,
recuerda que soy mortero, soy volcán y tu fogata.
Juegas con el fuego y en el fuego de mi alma,
animal herido, pantera de mis sueños,
aprende de una vez que no quiero enjaularte:
Yo también soy aventura, espíritu indomable.
Quieres ser vencido de forma intermitente,
acepto la dulzura de este duelo tan demente,
Sólo pido que te entregues fiel y por completo,
que me des tus afectos, tus deseos, tus lamentos.
Sé desde un principio que serás mi perdición,
que tu llegada y tu partida no será mi decisión,
pero no entiendo la vida sin amar, sin admirarte,
sin estos momentos de perfecta inspiración.
Aunque partas luego y leves ya tus anclas,
quiero la certeza de tu entrega y mi confianza.
Cuando estés y mientras dure seré tu hechicera,
y tú mi ángel de siempre, de hoy y de nunca.
Pero a cambio te pido también tu admiración,
tu respeto y tu alegría, tu veneración.
¿Será capaz tu alma del esfuerzo y la renuncia?
¿O quizá el miedo, sin saberlo te paraliza?
Quizá al guerrillero le atemoriza la contienda,
el riesgo de ser vencido, ciego y sin medida,
Y prefiere levar anclas, hacia el horizonte,
antes de romper una promesa ya perdida.
Pero, la dulzura de esta guerra nos lleva a un empate:
Si te entregas no estarás ni en contienda, ni en combate.
Seguirás siendo marino, buscando horizontes,
Y yo, el puerto de destino, una isla flotante.

Tierra

Hoy, tierra querida, temo por ti.
Temo por tu gente y tus paisajes,
por tus niños de bronce, sin futuro,
por todas las promesas sin cumplir.
Hoy tierra querida,
me duele tu eterna carencia trágica,
tu entraña hemorrágica,
el constante abandono y el frenesí.
Hace milenios que oscilas
entre el drama y la alegría,
caminas en círculos, y te fustigas
te enorgulleces, pero te humillas.
Hoy duele tu mirada fatídica,
tu extraña ironía infinita,
la violencia a cuatro tiempos,
y tu enorme futuro incierto.
Tierra querida, tu historia de honores
se quedó en el pasado y en el futuro.
Tus hijos ven tu grandeza, pero no la ven,
te idolatran, te veneran, te menosprecian.
Hoy, temo la tiranía de tus gobiernos,
temo la inseguridad de tu existencia,
los miles de muertos en las casas,
en los cuatro puntos cardinales.
También, de manera alocada,
amo el caos que tu vida entraña,
la estridencia de tus silencios,
tus canciones, tus leyendas y tus milenios.
Amo la esperanza de tus horizontes,
tus mares, tu fuerza y tus viejos,
la pasión de tus diez dimensiones,
tus tercas mujeres y tus necios hombres,
que a pesar de la oscuridad,
dirigen la resistencia,
que a pesar de los sueños rotos,
insisten en soñar.
No te rompas, tierra querida, espera un poco más,
que tarde o temprano, sacaremos el penacho,
esperemos que sea temprano,
cuando el orgullo y la urgencia nos levante,
cuando las olas de tus playas límpiense del rojo,
cuando los niños, sin culpa, levanten la mirada,
cuando la inspiración y valentía llegue a tus hijos
en el más recóndito camino de tu territorio.

COMETA

Dices que huí de tus brazos, evasiva.
Dices que en tu vida fui efímera;
la estrella fugaz y soñadora
de tu mundo alternativo, y paralelo.
Pero, viajero hermoso, hechicero,
tú me empujaste sin pensarlo, ni quererlo
al abismo del olvido y del silencio,
a un camino más allá de tus incendios.
Yo hubiera querido ser tu diosa,
entregarme a tus ojos de miel y cielo,
y en las noches de vino y de debate,
regalarte cada uno de mis sueños.
Convertirte en el ángel de mis noches,
caminar de tu mano y de tu mente,
disfrutar de tu sangre en el deleite,
mientras me cuentas mil y una historias.
Sólo supe huir, sin un reproche,
de tu alma furtiva como el viento,
antes de que fueras tú el cometa
que incendiara, sin futuro, mi derroche.
Sin promesas, ni esperanzas de tu boca
sólo supe renunciar al dulce néctar,
de tus labios jugosos de narciso,
y a tus brazos que regalan ambrosía.
Sólo supe elevar de nuevo las barreras,
inventar un universo lejos de tu alcance,
esconder esta querencia sin alianzas,
y lanzarme al camino sin tus alas.

MI GOZO

Voy de camino a casa,
hago recuento de los dones,
revivo placeres, carcajadas,
y conversaciones atropelladas.
Tus manos quedan
en mi piel latente.
Y me llevo en la memoria
tu olor inquietante.
Tu mirada juguetona,
alegre me la robo,
la escondo en el cajón
preferido de mi alma.
Dices que soy toda movimiento,
y que para encontrarme,
sin tregua navegaste
el océano del tiempo.
Navega de nuevo, amigo eterno,
que es tuyo el movimiento.
Encuéntrame otra vez,
que eres un regalo en mi vida.
Eres piedra preciosa y flores,
aventura, alegría y sabores.
Un vino tinto especiado,
un tanto cálido y sofisticado.
Eres libertad y a la vez entrega.
mi pasado inocente,
mi soleado presente,
mi futuro espumoso.
!Eres mi amigo, y eres mi gozo!

viernes, 18 de marzo de 2011

TANGO

Me dices que eres tango,
que el dolor y la duda han forjado tu historia,
que has vagado en soledad y miedo;
que no sabes quedarte, que temes mi aurora.
Me dices que no me vaya,
que quieres que nuestros pasos sean lentos,
como un paso doble en la milonga
y que la memoria no se pierda en el intento.
Yo te digo que soy también del sur,
que nuestra luna se robó al ecuador,
que vengo caminando tras tus pasos,
para encontrarte honrando a mis ancestros.
Navegué en el tiempo de amores y muertes
y la brújula del destino hacia tu Sur redobla.
De la tierra de Evita, vienes intermitente,
con los sueños de Borges, que el dolor acopla.
Y camino venturosa por tu pampa
descubriendo, sin saberlo ni planearlo,
los caminos nuevos hacia tu estampa
de hombre libre, y de boreal maestro.
Eres una intensa ráfaga de fuego,
una piedra sobre la que edifico mis deseos,
en la intimidad, pirotécnicos juegos
de verdad, de entrega y de solfeos.
Observas mi más osada euforia,
como quien mira extenderse un incendio,
pero esperas con paciencia mi retorno
a tu ritmo eterno y parsimonia.
Eres tango del fin del mundo,
pero también eres rumba, bolero y samba,
mi sensual y mi nocturna salsa,
el rocío fresco de la alborada.
Gaucho libre, intenso y armonioso.
Eres brisa antigua de la Colonia.
Eres un roble viejo, majestuoso,
y el delicado trébol de Patagonia.

6 de marzo, 2011

lunes, 14 de febrero de 2011

UNA DOCENA DE ROSAS

Hoy recibí una docena de rosas.
Memorias rojas, en celofán, envueltas,
viejos relatos rodeados de espinas,
y nuevas esperanzas, de aromas inquietantes.

Tejedoras apacibles de palabras renovadas.
Vulnerables homenajes de una historia muda,
que renace y se contenta en el recuerdo
de emociones escondidas y aplacadas.

Hermosas seductoras de miradas entintadas.
Generosas, como su dueño, de lindos ojos francos,
perpetrador de la táctica y la enorme estrategia
de reescribir mi pasado en mil nuevos diarios.

Rosas rodeadas por lágrimas blancas,
invitando, con su aroma, a regresar una mirada,
a regalar una sonrisa y un perdón de madrugada
al sin vergüenza aventurero de caricias a distancia.

Hoy, festejando el inicio de una nueva historia,
por sorpresa, recibí una docena de besos
rojos como la sangre que hierve en nuestra aurora
y también en los miles de años que rigen la memoria.

sábado, 12 de febrero de 2011

ÁNGEL

Eres el ángel de mi noche y el mago de mi cuerpo,

de mirada de cielo, manos de huracán y labios de fuego.

Eres inspiración continua, un reto a mi alma agazapada.

Tu mente de sabio viejo me subyuga cada madrugada.

Te apareces sonriente, te entregas completo, y luego te vas.

Es fascinante tocar tus alas, flotar en hipnosis a tu lado,

disfrutar de nuestro vuelo, mientras dure y nada más.

Saborearte poco a poco, sin condiciones, ni prisas,

quedándonos siempre queriendo un poco más.

De pronto, al paso de una ráfaga de viento,

en un momento de inconsciencia, en un rayo de mi mente,

en un relámpago certero, estallo en mil pedazos

y me encuentro, sin sentido, queriendo hacerte preso.

Quiero devorarte, amarte, atraparte en mi corazón.

Atar tus alas a mi cintura, sin vergüenza ni razón.

Hacerte mi ángel de placer durante mil noches,

condenarte sin censura a mil grilletes de caricias.

Y, me detengo, regreso a la cordura, suelto tus alas.

controlo mi rayo, mi relámpago, mi estallido,

aunque detener a una avalancha sea imposible,

hago el sacrificio, ángel de mi noche, te libero.

Disfruta tu vuelo nocturno, ángel solitario.

Tarde o temprano regresarás a mi hoguera,

me invitarás a acompañarte, a seguirte sin recato,

entregarás tus alas a mi ansia muda y certera.

Dices que tengo miedo, pero el temor es tuyo.

Temes a mis ojos oscuros de hechicera,

flotar, ahora, con mi vuelo, en el vacío.

Temes, no lo niegues, enamorarte de la guerrera,

Temes perder el sentido, volcarte en el delirio.

y sin embargo, te pido, te ruego, que finjas no temerme.

Olvida tus temores ancestrales, instintivos,

que estoy dispuesta también a enamorarme.

Déjate llevar por mi vértigo, lánzate, sé mi carcelero,

entrégate a nuestro baile nocturno de viento y fuego.

Te envolverá tu pasión encendida por mis alas

y querrás atraparlas, devorarlas, apresarlas.

Quédate hasta el atardecer de nuestra historia,

que al final llegará otra mañana despiadada.

Soltaré tus alas, elevarás, otra vez, las anclas,

y regresarás a tu vuelo eterno de ángel de la noche,

que tú también eres despiadado, guerrero y hechicero.

jueves, 10 de febrero de 2011

TÚNEL DEL TIEMPO

Vienes al inicio de mi otoño,


fantasma de mi primavera.

Llegas con tus botas de nube,

a decir que no me olvidaste.

"...Que veinte años no son nada..."

Tampoco veintidós.

Han soplado miles de vientos,

han muerto cientos de lunas,

han habido ya sequías,

y las nubes resurgieron.

Las cascadas se secaron,

los ríos cambiaron de rumbo,

las montañas florecieron

y los lagos llegaron al mar.

¿Nuestra cueva seguirá viva?

¿Habrán cerrado los caminos?

¿Y el cauce de aquel río

en el que nadamos sin prejuicios?

Quizá aquel muro de piedra,

guardián de nuestra historia,

a salvo del aire y del tiempo

nuestros nombres resguardó.

Quizá, si tenemos suerte,

encontremos todo intacto.

Quizá, todavía sin ensayos,

tenemos casi veinte.

Quizá es real y verdadero,

no es del todo imaginario.

Quizá podamos sin reparo

entrar en este túnel del tiempo.

Pero, te conozco, amigo mío,

querido aventurero:

Como acostumbras,

te reservas, no te entregas.

no vienes todo, ni completo.

Quieres tocar mis olas,

remojarte... chapotear...

Pero nunca en la profundidad

de mis aguas te hundirías.

Morirías ahogado, perdido,

y enamorado de verdad.

Te cegaría tu fuerza,

tu luz, mi intensidad.

Entiendo tus reservas,

tus miedos, tu torpeza.

Tú también fuiste, cariño

el primero en mi camino.

Por eso, amigo mío,

te doy la bienvenida.

Hoy te abraza una vieja,

ya no la moza que temías.

No esperes mi locura,

no me verás ya vencida.

Mi pasión la tuviste antes,

hoy tienes mi perdón,

mi cariño y mi alegría.

sábado, 5 de febrero de 2011

Libertad

En el silencio del tiempo


nos descubrimos.

En el espacio de un beso

nos encontramos.

Nuestras noches encendidas

por una sucesión virtuosa de miradas

se apilan en un baile placentero,

se mezclan con tu aire y mi mortero

No tengo que buscarme:

Me encuentro más yo en ti.

No necesito buscarte:

Te apareces, como mago, en mi cintura.

No tengo que buscar explicaciones:

Nuestros silencios tienen las respuestas.

Todo contigo está dicho,

sin medidas, ni razones, ni esperanzas,

esa es la libertad.

Cometas

Somos cometas sin rumbo, en el vacío.

Seres alados y voluptuosos.

Papalotes mexicanos de color de dulce,

flotando pegados y sudorosos.

Sin ataduras, ni máscaras, confiados.

Sin marcas, ni metas, ni directrices,

nos dejamos perder en el camino…

Nos dejamos llevar por el destino…

Estamos volando…

Conocemos el camino de regreso.

El mapa se refugia en tu azul mirada,

La brújula en tus besos de cerezo,

y en mis muslos las coordenadas.

Y las cometas se encuentran

se enredan, se entrelazan,

flotan en éxtasis, arrobadas.

Habrá que tirar de la cuerda firme,

o dejar que se pierdan en la alborada.

De pronto las cometas

se convierten en estrellas,

y fulguran explosiones a distancia.

Somos soles explorando en el espacio,

y aun cometas dulces, por niños atrapadas.