sábado, 21 de agosto de 2010

Con Licencia Para Matar

Que el diablo me perdone
esta devoción temprana,
que ni el aguarrás de ayer
te sacó de mis silencios.

Te extraño con alevosía y ventaja,
y recuerdo tu necesidad de callar,
como si llevara años contigo,
como si no te hubiera conocido
hace tan sólo una semana,
apenas una eternidad.

Llegaste firmando mi vida
en una ráfaga de luz y tiempo.
Pero, no te irás por donde viniste,
estarás condenado a la felicidad.

Mientras tanto,
te extraño sin red de seguridad...

Necesito repetirme y repetirte:
Aunque sea infantil,
"escribiremos sobre lo que nos pasa..."
Que nadie quede exento
de la impresión de tu arte,
que nadie quede exento
del golpe certero de tu existencia.

Ni mis distancias,
ni tus creaciones
entretienen mis sentidos.
Están intoxicados,
con miradas en salmuera,
y sólo soy capaz de recostarme
a esperar la resaca...
¡pero no la dejaré llegar!,
mantendré la borrachera de por vida.

Mientras tanto,
te extraño sin recato…
te extraño sin red de seguridad...

Busco la mordaza
que acalle a mi bestia,
no puedo devorarte,
sin que me duela.

Sobre un parpadeo
llegaste firmando mi vida,
y se me agolpan
nuestros recuerdos
del mañana:
el libro que escribiremos,
las cortinas que odiarás,
el cajón de los trebejos,
el cruce de miradas en casa de la tía;
el baile de graduación de tu prima Felicia,
los juegos de palabras, el maratón, los masajes;
ese viaje a Isla Mujeres,
los cientos de noches desveladas,
las bromas,
los llantos,
el papel,
los silencios.

Mientras tanto,
te extraño sin recato…
te extraño sin red de seguridad...
te extraño con licencia para matar.

18/06/2003

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