sábado, 21 de agosto de 2010

Vengo de tierra de ciegos.

Yo soy de donde la obsesión termina
En la frontera de la lluvia ácida
Y las arenas movedizas

Vengo de tierra de esclavos
marcados con guadaña
de hierro candente,
de esa tierra maquiavélica
de ciegos y tuertos

Yo soy de donde rompieron los espejos
Al norte de la ausencia
Al oeste del dolor

Mi camino lo he hecho descalza
durante cuarenta lunas amargas
por cuarenta soles candentes
en una tierra sin destino
con el rumbo entre las cejas.

Yo soy de donde la obsesión inicia.
Nací una noche de soles,
vengo de tierra de ciegos,
busco el mar de la luz,
el bulevar de lo sueños
y el espejo verdad.

Yo soy de donde la obsesión revienta
como pájaro glotón.
Me muero cada noche
envuelta en insomnios de luna,
y enterrada en el silencio.

Regreso a la vida cada tercer día
e inicio nuevamente el camino sin retorno...

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