sábado, 21 de agosto de 2010

Si

Si en sus ojos me hubiera yo perdido,
si me hubiera quedado con su boca,
si hubiera yo robado su martirio,
si me hubiera embriagado con su sangre.

Si mis huesos se fundieran con su casa,
si yo cegara, engañando, al destino,
si mil pedazos de destiempos se reunieran
y formaran la promesa de un abrazo.

Si su mente yo hubiera secuestrado
escondida en mi vereda hacia la muerte,
si solamente hubiera yo podido
atrapar en telaraña a su alma.

Si pudiera integrarme a la ternura
que se funde en el viento hacia el norte.
Si pudiera observar eternamente
esas manos de arcilla y adobe.

Si sus ojos me hubiera yo comido,
con los besos del cuerpo y su memoria,
si rasgara al tiempo y al espacio
y me adueñara repetida de su cuerpo.

Si pudiera ser amante de la nieve,
si pudiera caminar por el gran túnel.
Si pudiera olvidar a la memoria,
si pudiera eternizar esa mañana.

Si hubiera yo sabido del destino,
si hubiera yo sabido del olvido,
si hubiera yo sabido del dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario